Quercus Ilex

En los bosques de encinas, apenas crece vegetación en el suelo. La sombra de este árbol de hoja perenne es tan densa que no deja pasar casi la luz del sol hasta la superficie. Esa penumbra, hace que caminar por un encinar tenga algo de descenso a uno mismo, un lugar donde estar con y contra uno mismo.

En Mallorca, uno de los encinares más bellos en los que caminar es el de la ermita de la Trinitat en Valldemossa. Un camino asfaltado lleva hasta esta cercana pero a la vez solitaria ermita donde viven algunos hermanos de la cofradía eremita creada por Joan Mir hace siglos. Hoy en día solo quedan dos ermitaños. Se trata de  un rincón precioso, desde la pequeña tienda, hasta el oratorio y el mirador, todo tiene un encanto especial.

En el bosque, no lejos de allí, están las Ermites Velles. Un lugar en el que antiguamente estaba la antigua ermita que después se trasladó hasta su ubicación actual. Las piedras siguen allí, a la sombra de las encinas que han vuelto a reclamar lo que era suyo. Cerca de allí, un camino también permite visitar una cueva en la que Ramon Llull vivió en uno de sus retiros. En conjunto, se trata de uno de los paseos más inspiradores de la isla, donde caminar nos permite mirar hacia dentro de nosotros mismo.




detalle mural

vista del patio de la ermita

encinar

construcción de les Ermites Velles


Comentarios