Guerras de plástico




El pasado 31 de marzo se emitió un documental llamado “Plastic Wars” desde Frontline https://www.pbs.org/wgbh/frontline/film/plastic-wars/, un programa de investigación periodística de Public Broadcasting Service (PBS) en Estados Unidos.

Este documental trataba sobre los residuos plásticos que nuestra sociedad genera cada día, y de su final. La escalofriante afirmación de que en Estados Unidos sólo un 10% de los residuos plásticos se llegan a reciclar es motivo de una imperiosa reflexión. En España estos datos son algo mayores, para Greenpeace un 25,4% del material plástico recogido se llega a reciclar según datos de 2017. Cada uno puede mirar la bolsa de residuos plásticos que genera en su casa y visualizar que sólo ese porcentaje será reciclado. Del resto, la mayoría irá al rechazo en algún momento del proceso, y por tanto a la incineradora (valorización energética), al vertedero o exportada a un tercer país donde se le perderá la pista y en el que las posibilidades de acabar en el mar son muy alta.

En un momento del documental la periodista entra en un supermercado y repasa algunos de los envases más comunes de nuestra cesta de la compra. Comentan sobre el marcaje que se hace de los envases para saber el tipo de plástico de que se trata, nomenclatura creada por Sociedad de la Industria de Plásticos (SPI), con una clasificación del 1 al 7; sobre ello, lo primero que hay que remarcar es que casi siempre es muy difícil de distinguir y en algunos casos es inexistente. De hecho abrí mi nevera para ver algunos de los productos que tengo en casa y pude comprobar cómo apenas puede distinguirse esta clasificación, y a veces simplemente no existe. En segundo lugar, es confuso, está hecho así adrede, por el hecho de estar junto al símbolo de reciclaje, tiene que parecer que todos estos envases, sean del tipo que sean, se van finalmente a reciclar. Cuando en cambio, la mayoría por sus características no serán reciclados, ya sea porque no es factible, o porque hacerlo es demasiado costoso y acabarán en el rechazo. Existe por tanto una opacidad deliberada en los envases que compramos.


Una táctica exitosa para la industria, no tanto para el planeta en su conjunto.

El reportaje también busca en archivos de la industria, hallando documentos de cómo ésta impulsó el “reciclaje” entre los ciudadanos como una mera táctica para traspasar la responsabilidad sobre el final de estos residuos a los ciudadanos, y evitar así lo que podría haber acabado en importantes limitaciones a la industria. Esta forma de subrogación de la responsabilidad de los residuos, es una de las tácticas mejor empleadas por la industria para quitarse de en medio el problema, y poder dedicar sus recursos y beneficios a crecer y hacer más negocio, en vez de verse forzada a arreglar los problemas que habían generado.

Seguí la evolución del reportaje en las redes sociales y pude ver otros puntos de vista que enriquecían este debate. Por ejemplo, la realizada por “Plastics Today”, una comunidad de profesionales del mundo del plástico https://www.plasticstoday.com/recycling/plastic-wars-documentary-omits-recent-innovations-recycling-technology/188610504862753/page/0/1

Este colectivo se muestra consciente con el problema existente. Aunque remarcaba que en el documental, se había ignorado el compromiso existente de muchos industriales del plástico a la hora de solucionar estos problemas, y reducir los volúmenes de los residuos que acababan en el vertedero. Tampoco se mencionaban los diferentes avances e innovaciones realizados para poder mejorar este reto. En este sentido, las afirmaciones de la “Plastic Industry Association” parecen renegar por lo menos de la actitud de la industria en años pasados.


Difícil solución.

El problema sin embargo sigue ahí, y más vigente y con efectos más negativos que nunca, dado el aumento de los residuos plásticos. Es cierto que un problema de tal magnitud, no se soluciona solo con prohibiciones. Confiar en esperar a innovaciones que impulsen el reciclaje de este tipo de residuos, puede parecer ingenuo. Pero por desgracia, es la opción más factible, y van ser imprescindibles si se quiere llegar a solucionar el problema.

Es fundamental poner orden en este mercado, mediante regulaciones sensatas pero estrictas sobre la producción de aquellos envases plásticos más contaminantes o con una nula capacidad para ser reciclados o recuperados. También necesitamos una mayor transparencia en las indicaciones de reciclabilidad de los envases, y poder conocer su destino final una vez se conviertan en residuos.


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